martes, 23 de septiembre de 2008

(intento de poema)

Tu espíritu, Jehová, te solicito,

que sane mi alma decaída,

que me sostenga en la esperanza de la vida

lejos del rugido del inicuo.



El pajarero mis alas deteriora

¿podré remontar vuelo todavía?

Venda, Jah, mi herida, limpia mi deshonra,

mi alma impotente, triste, te suplica.



Que con aguante pueda atravesar los días

y en mi amarga pena me alimente

la dulzura del gozo, el saber de tu sonrisa

cuando acudiendo a ti en mi desamparo

sigo el camino que tu diestra me indica

y soy la consolada que tu corazón regocija.

1 comentario:

Esther dijo...

Precioso poema, parece un salmo de David. Tienes un habilidad especial para poner por escrito lo que siente tu corazon. Es hermoso de verdad.
Soy Esther, una testigo española, es un gusto conocerte.